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16-04-2025
Como coach de desarrollo personal, he encontrado en México una fuente de inspiración inagotable.
Afortunadamente, he tenido la posibilidad de visitar México en distintas ocasiones, y por supuesto, espero seguir haciéndolo. Es un país que me apasiona: por su gente, su gastronomía, su cultura, arquitectura y bellos paisajes. Además, ha sido el lugar elegido por parte de la familia de mi abuelo materno para emigrar.
Como coach de desarrollo personal, insisto en que la experiencia en México es una auténtica inspiración. Con independencia de la ciudad mexicana por la que pasees, hay algo indudable y común que palpita por cada una de sus calles. La cultura mexicana es rica en simbolismos, color y tradiciones que han perdurado a lo largo de los siglos. Una de las más emblemáticas y profundamente significativas, en las que he tenido el placer de profundizar en Aguascalientes, es la celebración del Día de los Muertos.
Este ritual no solo honra a los que han partido, sino que también ofrece una poderosa metáfora para el crecimiento y desarrollo personal. El renacer a través de la muerte, a través del fin de una etapa, nos presenta la oportunidad de transformarnos y recibir un nuevo comienzo lleno de posibilidades a las que abrazar. Como coach, veo este proceso de transformación como una parte esencial del coaching, donde ayudamos a las personas a superar sus obstáculos y a encontrar nuevas oportunidades.
Las calaveras en el arte mexicano han inspirado a muchos artistas de orígenes e ideologías diferentes con un tema común: la muerte. A través de técnicas, materiales y soportes distintos, nos transmiten la necesidad humana de materializar y expresar cualquier pensamiento que le aqueja. Nos invita a cuestionar los estereotipos o cánones establecidos para superarlos. En coaching, esta capacidad de cuestionar y redefinir es crucial para seguir mejorando.
En la cultura mexicana, la muerte no es el final, sino un tránsito hacia otra etapa. Esta visión nos invita a considerar nuestras propias experiencias de cierre y ruptura no como conclusiones definitivas, sino como puntos de inflexión para mejorar y evolucionar. Avanzar, soltando la nostalgia del pasado, desdramatizar y festejar nuestros nuevos aprendizajes es una lección valiosa en el ámbito del coaching.